Reciben este nombre por comparación con la medicina convencional, y porque mucha gente se decide por ellas, cuando esta última no les da las soluciones que necesitan. Pero nunca pretenden sustituir a la medicina convencional, sino ayudarla en lo importante, mejorar el estado de salud de las personas.
Estas terapias, promueven el cuidado de la salud, desde la prevención, dándole una función más activa a la persona, dándole el conocimiento y la responsabilidad de su sanación, para enfrentar el desequilibrio en nuestra biología que llamamos enfermedad. Por ello también se le denomina medicina preventiva, cuanto más sepa de los caminos que llevan al desequilibrio en mi cuerpo, más fácil debería ser evitarlos, para sentirme más sano y vital.
Proponen una visión global u Holística del individuo, en la que los elementos están relacionados. El desequilibrio, nos puede llegar de muchas maneras: físico, intelectual, emocional, espiritual, social, afectivo, etc.
Hipócrates (Padre de la Medicina actual), decía que “no existen las enfermedades, sino personas enfermas” queriendo decir con ello que se debe llegar a conocer el desequilibrio de la persona o la causa y atacarla y no intentar paliar el síntoma. Por ello es importante buscar un tratamiento teniendo en cuenta el entorno donde vive el individuo, su situación personal, sus pensamientos y sus emociones, yendo más allá de lo meramente físico.
Si hemos perdido la salud, seguramente necesitaremos un cambio en el estilo de vida, cuidando la alimentación y el ejercicio físico y la relajación mental-emocional. Una persona no puede estar sana físicamente, si no es feliz emocionalmente y viceversa. Cada persona es diferente y por eso no todos necesitamos las mismas terapias o tratamientos. Estas terapias en definitiva, son una forma de ver y entender la salud conectada con todo lo que nos rodea.
Has llegado aquí seguramente deseado el equilibrio y la armonía en ti y en lo que te rodea, descubrirás que si esta fuera, está dentro y si está dentro, esta fuera. A si que pronto y por suerte descubrirás, que tú eres responsable del equilibrio y la armonía en tu vida y sus alrededores.
¿Si de verdad quieres sanar? decidirás tomar las riendas de tu vida, y cambiar el rumbo, para no seguir por el mismo que te enfermo. Descubrirás también, que solo tú te puedes curar. Las personas nos curamos a nosotros mismos, nadie puede sanarte, eres tú el que se sana siempre, otra persona te puede ayudar a ver el camino de la sanación, pero te tienes que implicar, si esperas que otro u otros hagan la trasmutación por ti, estarás obviando tu responsabilidad en el conflicto y el proceso de resolución del mismo, sobre que te hace infeliz o que hace que tu salud plena que te mereces, se esté perdiendo.
Descubrirás que es importante saber que energías están a tu alrededor, la importancia de lo que metes en tu cuerpo por tu boca, nariz o pones en tu piel, también le darás tanta importancia al movimiento, como al reposo y a tus pensamientos, porqué de todo eso se nutre tu ser, para renovarse y mantener la vida desde el nivel energético y celular a diario.
Hipócrates el padre de la Medicina, hace unos 2400 años ya nos dejó esta información:
La fuerza natural dentro de cada uno de nosotros es el mayor sanador de todos. Todo en exceso se opone a la naturaleza. Debemos volvernos a la naturaleza misma, a las observaciones del cuerpo en cuanto a salud y enfermedad, para aprender la verdad. Toda enfermedad comienza en el intestino. Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento. No intentes jamás curar el cuerpo, sin antes haber curado el alma. Si alguien desea una buena salud, primero a de preguntarse si está listo para eliminar las razones de su enfermedad. Solo entonces es posible ayudarlo.